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¡Algo grande tuvo que descubrir Emilia! ¡Algo grande tuvo que ser!

  • Categoría de la entrada:Pastoral con los Gitanos
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El 25 de marzo de 2017 fue beatificada Emilia Fernández, la canastera, en la diócesis de Almería junto con el resto de los 114 mártires de la persecución religiosa en esa diócesis.

Emilia canastera, de pequeña nobleza. Amplio y sencillo amor en todos sus sentidos. Esposa y madre, que aún después de haber tejido en su vientre una nueva vida no llegó a abrazar. Dulce gitana que derrama confianza a la amistad sincera con Dios.
Qué te hizo aprender a rezar el rosario!
¡Qué te hizo profundizar el Padre nuestro!
¡Qué te daría Jesucristo para poder soportar la mazmorra con alegría!

Naciste en las cuevas de Tíjola en Almería, tierra de mucho frío en invierno y mucho calor en verano. Allí te criaste, mientras al sol canastas de mimbre tejías y tu amistad con el Dios verdadero tejiendo.


Mujer de paz, la paz de Dios contigo y tú la paz de Dios dejabas ¡Detienen a Juan Cortés, tu marido! ¡Mejor ciego por un tiempo que tener vista para ir a la guerra!


Qué pena, la gitanilla se vio presa con una niñita en sus entrañas. Se acercan Lola del Olmo y Antolina Miró con fraternidad cristiana para ayudarla.


Qué pena más grande, solita y abandonada, sin gente de su raza, ¿quién podría consolarla?
Qué pena si no estuviera la Virgen María por medio de sus fieles amigas que como ella estaban encarceladas.
El Santo rosario rezaban como podían, cada tarde en el patio de la cárcel que a todas sacaban.


Ya iba siendo visible su estado de buena esperanza, y su alegría serena brotaba del alma, era la fe de sus amigas que a ella le anunciaban.


A muerte por un Sí al Amor verdadero que ya por nada cambiaba. Libertad le prometían, y libertad hallaba, cuando en brazos de un Dios Padre se iba al Cielo y en brazos de sus amigas presas a su niña dejaba.


Emilia la canastera, Ora pro nobis rezaba.


Belén Carreras

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