«Mi Padre, hasta el presente, sigue trabajando, y yo también trabajo» (Juan 5,17)
Bajo el lema “Sin compromiso no hay trabajo decente” la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente nos convoca, por octavo año consecutivo, a sumarnos desde nuestra identidad eclesial a la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.
El próximo 7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Distintas organizaciones civiles y eclesiales organizarán actos para visibilizar las condiciones de trabajo y reivindicar un trabajo decente. Este año, la Confederación Sindical Internacional, convoca esta jornada bajo el lema de “Justicia Salarial”. [1]

El concepto de trabajo decente fue lanzado en 1999 por el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y se refiere a la generación de oportunidades para que todos los hombres y mujeres accedan a un empleo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad, y dignidad humana. El año siguiente y en el marco del Jubileo de los Trabajadores, San Juan Pablo II lanza un llamamiento para la creación de «una coalición mundial a favor del trabajo decente».
La Jornada Mundial por el Trabajo Decente se viene impulsando en España desde 2015 por la iniciativa eclesial Iglesia por el Trabajo Decente[2]. Este año 2022 la convocatoria tiene como lema “Sin compromiso no hay trabajo decente”. La coordinación de esta iniciativa está siendo impulsada en la Iglesia de España por Caritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Unas 56 diócesis vienen participando en las acciones que anualmente se vienen convocando en dos fechas claves para el mundo obrero y del trabajo: el 1 de mayo, fiesta de San José Obrero y el Día Internacional de los Trabajadores y el 7 de octubre, con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Desde el Departamento de Pastoral del Trabajo os invitamos a desarrollar en vuestras diócesis las celebraciones y acciones planteadas por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente para celebrar la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, en la línea de desarrollar las orientaciones pastorales y líneas de acción marcadas por la Conferencia Episcopal Española en el documento “Fieles al envío misionero”, y en concreto la invitación a respaldar y acompañar la iniciativa «Iglesia por el trabajo decente»[3].
Materiales para la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente
Te puedes descargar los materiales para la celebración de la Jornada Mundial por el trabajo decente en la página web de Iglesia por el trabajo Decente:
Más información en https://www.iglesiaporeltrabajodecente.org/
Antonio Javier Aranda
Director del Departamento de Pastoral del Trabajo de la CE
[1] Jornada Mundial por el Trabajo Decente: Justicia Salarial https://www.ituc-csi.org/jornada-mundial-por-el-trabajo-decente-2022?lang=en
[2]Iniciativa eclesial Iglesia por el trabajo Decente. https://www.iglesiaporeltrabajodecente.org/
[3] CEE. Fieles al envío misionero. Página 77 https://www.conferenciaepiscopal.es/wp-content/uploads/2021/07/CEE-Orientaciones-pastorales-2021-2025.pdf
“Sin compromiso no hay trabajo decente”
Manifiesto de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente de 2022 (pdf)
Un año más, las organizaciones que formamos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) convocamos a la Jornada Mundial por el Trabajo Decente para celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta.
Los últimos avances en el mundo del trabajo, fruto de la negociación y el acuerdo social, han supuesto políticas concretas que, siguiendo las orientaciones de la OIT, atienden a una recuperación centrada en las personas y en el trabajo decente. Aunque la senda iniciada es positiva, aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad de derechos vinculados al trabajo en nuestro país. Tu compromiso y el de quienes somos sensibles a estas situaciones, son una respuesta necesaria para un empleo de calidad.
I. Hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un trabajo decente. El alto paro estructural nos exige trabajar por la creación de empleo para garantizar el derecho al trabajo. Las condiciones de trabajo siguen siendo de carácter precario para miles de personas trabajadoras, fundamentalmente para las mujeres y para las personas jóvenes. Es necesario seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que estas sean decentes. Un compromiso que deben fortalecer, cada uno desde su responsabilidad y su misión, el gobierno y los agentes socioeconómicos, en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras.

II. En este sentido, apoyamos la propuesta del papa Francisco de estudiar la reducción de la jornada laboral (sin que ello redunde en bajada salarial) como medida de creación de trabajo decente; y consideramos que debe aflorar el trabajo que se desarrolle en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente. Además, mientras no se garantice el derecho a un trabajo decente, se necesita articular redes de solidaridad más ágiles y accesibles que permitan asegurar, frente al descarte y la exclusión, un mínimo imprescindible para la vida digna.
III. Así mismo, para garantizar el acceso a un trabajo decente de medio millón de trabajadores y trabajadoras migrantes en situación administrativa irregular, desde ITD nos sumamos a la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) promovida por la plataforma #RegularizaciónYA que, independientemente de los avances incluidos en la reciente reforma del reglamento de extranjería, entiende que es urgente una regularización en los términos más amplios posibles.
IV. Es un escándalo que dos personas trabajadoras mueran todos los días en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo. El trabajo no es para la muerte, sino para la vida y, por tanto, nos resulta inaplazable que este tema se incorpore a la agenda política, se atiendan las causas que provocan esta “tragedia tan extendida”, en palabras del papa Francisco, y se busquen soluciones a este drama de tantas familias trabajadoras, que se puede evitar.
Finalmente, como decimos en el lema de este año, sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente. Por ello, convocamos y animamos a movernos por el trabajo decente en esta Jornada Mundial, a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión. Que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente.