El Departamento de Trata de personas de la Conferencia Episcopal Española celebra la Jornada Mundial de Oración contra la Trata de Personas
Juan Carlos Elizalde, Obispo de Vitoria y responsable del Departamento, emitió un videomensaje en el que denunció de forma contundente a los grupos criminales que comercian con seres humanos, que han aumentado durante la pandemia. Por la mañana el Departamento de Trata participó en la Maratón Mundial de Oración organizada con motivo de esta Jornada. Y ya por la tarde, al término de la oración mundial, se celebró en la Iglesia de los Jerónimos en Madrid, la Vigilia contra la Trata en memoria de Santa Josefina Bakhita.
Archidiócesis de Madrid: El Departamento de Trata de Personas de la Conferencia Episcopal Española junto con la Archidiócesis de Madrid celebró el 8 de febrero, la VIII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas con una vigilia de oración en la parroquia San Jerónimo el Real que se pudo también seguir online y cuya visualización te ofrecemos más abajo. Coincidiendo con la festividad litúrgica de santa Josefina Bakhita, y unidos a la Iglesia universal, el encuentro estuvo presidido por José Luis Segovia, vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación.
La jornada se contemplaba como una forma de rezar y celebrar el cuidado, ante todo, del «buen Dios que apuesta con locura por todas las víctimas». «Él mismo, en la cruz, se hizo víctima para poder abrazar a todas y sanar de este modo su sufrimiento», explicó el vicario. También, «por escandaloso que resulte», se rezó por los abusadores y traficantes, «porque creemos en el infinito poder de la oración y porque con Dios todo es posible». José Luis Segovia concluyó dando las gracias a las mujeres: «Sois mujeres, benditas mujeres, las que estáis en primera línea de este pacífico y sanador frente de batalla contra la trata».
A lo largo de la oración, en la que se fueron leyendo textos para la meditación y la reflexión al hilo de la vida de Josefina Bakhita, los asistentes fueron colocando velas en torno a la imagen de la santa como ofrenda por las víctimas, y también por aquellos comprometidos en la transformación de estructuras económicas injustas. Se colocaron asimismo unas tenazas como símbolo de la ruptura de las cadenas que esclavizan. «Este es el momento oportuno de redescubrir y de dar perdón –se escuchó–. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de personas inocentes». El odio «es solo fuente de falsa ilusión y tristeza».