Cuando todavía tenemos en la mente la tragedia de los dos mariscadores ahogados en Bueu (Pontevedra) y la más reciente de los otros dos marineros que perdieron la vida en la Costa lucense de Cillero, tenemos que asistir, desolados y tristes, a esta nueva tragedia del hundimiento del Arrastrero “Cordero”, con base en Riveira.
El Apostolado del Mar, al tiempo que se une al dolor de las familias de las victimas, eleva plegarias a la “Stella Maris” para que interceda por ellos al Padre y les lleve al Reino de la paz y la gloria. No podemos sino unirnos también al dolor de toda la familia marinera en este luctuoso suceso; especialmente a la gallega, que ha sido la más castigada por estos últimos acontecimientos trágicos.
Resulta difícil comprender estos duros golpes, impredecibles e inesperados. La fe da fuerzas para seguir en la brega, con esperanza renovada, también en esa profesión tan exigente y con tantos riesgos como es la vida en el mar. Nuestro ruego a la Autoridades Civiles, para que pongan todos los medios necesarios para atender a las familias de las víctimas en el desamparo en que han quedado; que les proporcionen el apoyo que necesitan tanto asistencial como social.
Todos estos marineros fallecidos han sacrificado sus vidas a la dureza y dignidad de esa vieja y noble profesión y han contribuido al bienestar de la sociedad, recibiendo por ello muy poco. Pedimos a Dios para que no haya más víctimas y que las Autoridades, las empresas que trabajan en el mar y toda la sociedad contribuya a la seguridad de estas personas que ejercen su profesión en un medio con tantos riesgos imprevistos.
De nuevo recurrimos a la “Stella Maris”, patrona de la gente marinera, para que lleve al puerto definitivo en la Casa del Padre a estos náufragos.