En este momento estás viendo Pastoral de la Carretera: defender la vida en el camino

Pastoral de la Carretera: defender la vida en el camino

  • Categoría de la entrada:Pastoral de la Carretera
  • Tiempo de lectura:5 minutos de lectura

La Conferencia Episcopal lleva más de cinco décadas colaborando con la DGT para reducir los accidentes de tráfico y dar apoyo a las víctimas

A Cristo, que es camino, se lo ve en los Evangelios fundamentalmente en el camino. Avanzando, conociendo y compartiendo. Predicando vida al pie del camino. María, presurosa, también se puso en camino para visitar a su prima Isabel. Para auxiliar y acompañar. Aunque no faltan referencias que justifiquen una Pastoral de la Carretera, el trabajo de la Iglesia por la seguridad vial –«espléndido», a juicio de Pere Navarro, director general de Tráfico– sigue siendo tan llamativo como poco conocido. Y ello, pese a que la Conferencia Episcopal Española lleva trabajando con la DGT desde 1968.

Del 16 al 19 de octubre, Granada acoge las jornadas anuales de delegados diocesanos de la Pastoral de la Carretera, en las que participarán la DGT, el ayuntamiento de Granada y Stop Accidentes. «Este apostolado surgió de manera espontánea, cosas del Espíritu. Porque la Iglesia tiene que estar donde hay vida y defender la vida en todos los órdenes», explica José Aumente, director del Departamento de Pastoral de la Carretera de la CEE. Ha recibido cartas personales del papa Francisco bendiciendo y congratulándose de esta labor.

La inspiración surgió en la Nochebuena de 1962, cuando el joven José Medina hacía autostop para subir de Roblegordo a Somosierra. Llevaba las dos parroquias, pero nadie paraba aquel 24 de diciembre, y el miedo a la noche era ya cierto. Solo un camionero se apiadó de aquel hombre en sotana. Durante los pocos kilómetros que van de un pueblo a otro, el conductor le reconoció que el oficio de camionero era «el más arrastrado que había, siempre en la carretera, siempre en el peligro y sin poder ver crecer a tus hijos», le dijo. Aquella confesión abrió el corazón de Medina, que empezó a hacer apostolado entre los conductores que paraban a descansar a pie de puerto.

En paralelo, la DGT había pedido a la CEE su colaboración para reducir el número de víctimas. «Y la Iglesia no se retira ante las dificultades, se implica con más ilusión», señala Aumente. «Se llamó a la conciencia, pidiendo responsabilidad de púlpito en púlpito, de parroquia en parroquia, como un altavoz que recorre toda la nación», agrega.

Así, se instituyó el Día de Oración por la Seguridad Vial, pero rezar por los accidentes de tráfico, en opinión de Aumente, «era como ir detrás». Se apostó por la ayuda en tránsito, por apoyar a las familias, por acompañar a las víctimas. «Perder a un ser querido en un accidente es algo que no se va nunca, es como una flecha clavada que te duele todos los días», reconoce el director de la Pastoral. «Hay quien desde su silla de ruedas nos da mil vueltas en energía, vida, fe… Estas personas son las que nos evangelizan a nosotros», añade.

María Ángeles Villafranca perdió a su único hijo en un accidente de tráfico. Su marido, poco después, se quitó la vida. Ella sigue adelante gracias a su fe y al apoyo que ha encontrado en la Pastoral de la carretera: «Mi apoyo al 100% fue la Iglesia, más que mi familia. Sin ellos no lo habría conseguido», reconoce. Su caso es el de miles de familias rotas por un accidente de tráfico. Desde 1960, al menos 300.000 personas han perdido la vida en la carretera en España. La CEE ha consagrado una Jornada para enjugar las lágrimas de estas familias, el 31 de mayo. «Estamos volviendo a potenciar la oración —comenta Aumente—, celebramos a san Cristóbal, recordamos a las víctimas el tercer domingo de noviembre…».

Para Pere Navarro, «debemos estar juntos. Cuidar y preservar la vida humana son valores que compartimos con la Iglesia», añade el director de la DGT.

En sus últimos versos, la oración a la Virgen de la Prudencia promovida desde esta pastoral proclama que «no es por temor a la multa, sino por amor a Dios y respeto a mi prójimo». Según Aumente, «la DGT apela a la ley, al miedo; nosotros a la conciencia y al consuelo de la fe. Si se puede rezar, no todo está perdido».

Revista Ecclesia