La parroquia Nuestra Señora de las Angustias en Madrid acogió el martes 20 de junio la presentación del libro Bienaventuranzas desde la cárcel, de Francisco Javier Sánchez, sacerdote y capellán de la cárcel de Navalcarnero. El libro está prologado por el Papa Francisco y presentado por Jose Luis Segovia, Vicario de Pastoral Social de la Archidiócesis de Madrid. En el salón abarrotado, con más de 200 personas, estuvieron presntes también José Cobo, arzobispo electo de Madrid, el Secretario Genaral de Instituciones Penienciarias, Angel Luis Ortiz González, María Yela, delegada de Pastoral Penitenciaroa de Madrid y José Luis Segovia, Vicario de Pastoral Social de la la Diócesis de Madrid y presentador del acto.

También estuvo presente Raúl Rodríguez, Director de PPC España- Entre las muchas palabras de los intervinientes se destacó que era “un libro de sentimientos compartidos con los internos”. “La palabra que más aprece es abrazos, que es la clave e la Pastoral Penitenciaria de Javier en Navalcarnero. Angel Luis Ortiz cerró el acto dicendo que los volunarios de la Pastoral Penitenciaria son una bienaventuranza más. Finalmente se proyectaron dos vídeos del autor con el papa Francisco. Para Florencio Roselló, director de la Pastoral Penitenciaria de la CEE “fue una noche gozosa para la Pastoral Penitenciaria.
José Cobo: “Mirar la vida desde la cárcel es Evangelio puro”
El Arzobispo electo de Madrid, José Cobo relató su amistad con Francico Javier Sánchez. Cobo, colaboró con la Pastoral Penitenciara ya desde su etapa de seminarista y fue responsable de la Pastoral Penitenciaria en la CEE. en su intervención en el acto lamentó que “en nuestra sociedad y en nuestras parroquias la cárcel sea una palabra maldita que genera miedo y pocas veces pensamos que quienes están allí sientes, se levantan y sueñan”
Francisco: Dios no se cansa de dar otra oportunidad
Como señala el papa en el prólogo del libro: “De un modo similar al que lo hizo Jesús en la montaña, el padre Javier quiso poner en nuestras manos las Bienaventuranzas desde la cárcel, nacidas del encuentro cotidiano con quienes están privados de libertad, buscando una nueva oportunidad. Porque así como Dios no se cansa de perdonar, no se cansa tampoco de dar otra oportunidad. Somos nosotros los qeu nos cansamos de intentarlo”. También señala: “Las páginas de este libro nos permitirán atravesar el muro que nos separa de quienes están privados de la libertad, para comprender que las situaciones de oscuridad y dolor no son sinónimo de pérdida de sueños y de esperanzas”.
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