Se celebran las Jornadas de Pastoral de la Carretera en Ourense
La voz de Galicia: La frase la pronunció este martes el director general de la DGT, Pere Navarro, durante su participación en las jornadas nacionales de pastoral de carretera, que se celebran estos días en Ourense. En un intento de aportar contexto a su presencia en una iniciativa organizada por la Iglesia, el máximo cargo de Tráfico fue muy ilustrativo. «Este es un ambiente en el que compartes la vía pública con los demás, no estás solo. Tenemos normas y si todos las cumplimos puede funcionar, pero no lo hará si impera el individualismo y el egoísmo. Entonces todos salimos perdiendo», dijo Navarro minutos antes de pronunciar una conferencia ante los delegados de pastoral de carretera de toda España, acompañados de autoridades locales con competencias en materia de seguridad vial. Las jornadas, que continuarán hasta el jueves, tienen como escenario la casa de ejercicios del Obispado de Ourense.
«El de la carretera es un mundo tan importante que nos parecía crucial que la Iglesia tuviera su especialización en este campo», aseguró Ciriaco Benavente, presidente de un departamento de la Confederación Episcopal Española desde el que se desarrolla un trabajo que aún es poco conocido. El prelado se retrotrajo a los primeros años del siglo XX, cuando se matriculó el primer coche en Palma de Mallorca, y recordó que desde entonces se ha multiplicado el número de vehículos en las carreteras, suscitándose nuevas preocupaciones a las que la Iglesia también quiere dar respuesta. «El tráfico genera problemas técnicos, económicos, culturales, de contaminación y, sobre todo, de vidas humanas», advirtió el obispo, convencido de que los valores cristianos también pueden contribuir a mejoras las cosas. «Es un campo para anunciar el Evangelio; si realmente conseguimos que entre en este mundo, redundará en el bien de la carretera y del motor», aseguró.
Benavente recordó que la Iglesia, a través del departamento que preside, lleva ya tiempo involucrada en la seguridad vial, con campañas que son especialmente potentes cada mes de julio, coincidiendo con el inicio de las vacaciones y la operación salida en las carreteras. «Se preparan carteles y se abren las iglesias», dijo el prelado, que explicó que también organizan encuentros con profesionales de la carretera, como taxistas y camioneros. Mencionó los ritos de bendición de coches, que aún se celebran en muchas localidades gallegas coincidiendo con la celebración del día de San Cristóbal, cada 10 de julio.
El obispo hizo referencia, asimismo, al trabajo que desarrollan con los afectados por accidentes de tráfico. «Desde hace unos años se celebra el día de las víctimas, con actos a los que invitamos a familiares de personas que han perdido la vida en la carretera, y nos hemos dado cuenta de que es algo que resulta consolador», explicó Benavente, que se refirió a un caso particular.
«Recientemente participó en unos de esos encuentros el hijo de un camionero que, al bajar de su vehículo para ayudar a otro compañero, fue arrollado por un coche y murió. Yo le dije al niño que su padre era un héroe porque había muerto ayudando a los demás. Creo que es muy importante darles consuelo y estar al lado de esas familias», insistió.

En opinión del alto cargo eclesiástico, todo suma en un escenario en el que la siniestralidad vial está repuntando. Así lo advirtió el responsable de la DGT, que explicó que los accidentes mortales suben este año un 5 % en España relación con el 2021. «Esto está pasando en todos los países de Europa, vemos un cierto relajo en el cumplimiento de las normas de tráfico», aseguro. En su opinión, tiene mucho que ver que los ciudadanos estemos dejando atrás, con cierta alegría, las prohibiciones derivadas de la pandemia. «Tenemos que llamar la atención de los conductores; después de todo lo que hemos pasado sería una pena que ahora por una copa de más o por correr un poco perdiéramos el gran esfuerzo que hemos hecho todos para llegar hasta aquí», aseguró. También hizo mención a las costumbres de un país con millones de turismos y motos. «Bebemos vino y cerveza y luego nos gusta coger el coche para ir a la playa o la montaña», advirtió.
Pere Navarro descartó que haya sobre la mesa alguna previsión de revisar los límites de velocidad en zonas urbanas o interurbanas, si bien incidió en la necesidad de reducir el transporte por carretera, derivando una parte de ese trabajo al ferrocarril. «La gran medida para reducir los accidentes en este país ha sido el AVE, que llevó miles y miles de viajes de la carretera al tren y redujo el riesgo de forma drástica», dijo Navarro, que cree que eso también es posible con el tráfico pesado. «Tenemos recorrido para llevar más mercancías al tren y esto no tiene que ver con que los transportistas no sean grandes profesionales y conduzcan con mucho cuidado; es que al reducir los desplazamientos se aminora también el riesgo», aclaró.
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