De nuevo hoy Galicia está de luto, y nosotros, el Apostolado de Mar, nos unimos a ellos. De nuevo nuestro querido mar, el mismo mar que da la vida a tantas y tantas familias ha vuelto a arrebatarnos a 10 hermanos cuando cumplían con su trabajo. Hermanos que con inmenso dolor y al mismo tiempo un inmenso cariño estuvieron limpiando de fuel sus heridas. La muerte les ha llegado de repente, sin avisar.
El Apostolado de Mar quiere dar un inmenso abrazo a esas 10 familias y que sepan que en la distancia sufrimos con ellos. Pero debemos levantar nuestra mirada más allá de este mundo. No podemos comprender estos golpes tan duros e inesperados. Solo la fe nos da fuerza para reponernos y mirar adelante, aunque el sufrimiento permanezca vivo. Pedimos que Dios les dé valentía y arrojo para que puedan sobrellevar este triste y duro momento.
Condiciones duras de los hombres del MarUna vez más quisiéramos que se despierte nuestra conciencia a uno de los mundos más desconocidos y duros que existen, el de los hombres del Mar, con jornadas largas y en condiciones a veces difíciles de imaginar, siempre con la incertidumbre del tiempo, siempre con la angustia de “los golpes traicioneros del mar”. Pedimos a las autoridades civiles que mitiguen en lo posible este dolor mediante el apoyo y las especiales ayudas sociales que se pueden ofrecer en estas circunstancias. No debemos permitirnos mañana olvidar esta tragedia como una fecha más en el calendario de los desastres.
El hombre de mar está acostumbrado a mirar al cielo. Su trabajo depende de lo que él le muestra. Pero, además, tenemos una Estrella especial, que es Madre y patrona nuestra la Virgen del Carmen. A Ella encomendamos la vida de estas personas que han partido ya hacia el puerto definitivo y la nuestra propia, para que nos siga guiando en nuestro andar cotidiano.