Celebramos la Jornada de la Comisión General de Justicia y Paz de España, del 24 al 26 de septiembre en Valladolid, organizada por la Comisión de Justicia y Paz de esta diócesis. Según podemos leer en el comunicado final que lleva por título Desarrollo sostenible y ciudadanía global:
Estamos viviendo tiempos globales que conectan elementos del desarrollo, reconocidos en la Agenda 2030, y con este encuentro contribuimos a la reflexión desde los ámbitos de las migraciones, los Derechos Humanos, las nuevas tecnologías, la interdependencia que impulsa la cultura del cuidado, y la urgente necesidad de cambio de modelo económico.
Celebramos la Jornada de la Comisión General de Justicia y Paz de España, del 24 al 26 de septiembre en Valladolid, organizada por la Comisión de Justicia y Paz de esta diócesis. Unas setenta personas, representantes de 7 comisiones diocesanas estuvieron presentes en ella de una forma presencial o por videoconferencia. En el acto de inauguración participaron D. Luis Argüello, obispo auxiliar y secretario general y portavoz CEE; D. Fco. Javier Alonso, presidente Comisión General Justicia y Paz (CGJP); D. Javier Vilanova, obispo auxiliar de Barcelona y acompañante de la CGJP; D. Carlos Imaz, presidente JP Valladolid. Tras recordar a personas queridas que nos antecedieron, como Antonio Garrosa y Arcadi Oliveres, se habló de uno de los orígenes de los Derechos Humanos en los debates de la Junta de Valladolid (1550-1551) donde se abordaron los derechos de los pueblos indígenas.

En la conferencia inaugural «Migrantes, paradigma de nuestro tiempo», Mons. Santiago Agrelo arzobispo emérito de Tánger, nos recordó que las personas migrantes y creyentes somos caminantes en pos de una esperanza, ya que no se cree sin emigrar y no se migra sin creer. No se trata sólo de migrantes, se trata también de nuestra vocación cristiana. Denuncia a quienes se adueñan del lenguaje para priorizar el miedo y socializar el odio a este colectivo. No se trata sólo de migrantes, se trata de nuestra forma de actuar, del lugar que queremos ocupar en las relaciones. Y ese lugar puede ser el individualismo, la mentalidad utilitarista, la indiferencia, la cultura del descarte, la marginación, la exclusión; pero puede ser también la humanidad. Nos invita a la fraternidad y apertura al diálogo, claves en Fratelli tutti.